jueves, 15 de marzo de 2012

Aguafuertes porteñas. Roberto Arlt.

Las aguafuertes muestran retazos de la vida cotidiana en la ciudad de Buenos Aires con humor e ironía.
Roberto Arlt , a través de sus “Aguafuertes Porteñas” y con sus descripciones, nos brinda una mirada que va más allá de una visión fotográfica de la realidad y de sus personajes. Describe su aspecto básico y agrega más detalles, explicando su conducta, al punto de casi postular teorías.

El autor

Roberto Arlt, (1900 – 1942, Buenos Aires, Argentina), fue un escritor, dramaturgo y periodista. Es conocido por sus retratos fehacientes de personajes típicos de la realidad argentina en el momento de la gran oleada de inmigrantes. Algunas de sus obras más conocidas son: “El juguete rabioso” (novela, 1926), “Los siete locos” (novela, 1929) y “Los lanzallamas” (novela, 1931). Durante el tiempo en que trabajó escribiendo crónicas de viajes para el diario El Mundo, lanzó las “Aguafuertes españolas” (1936).

Personajes y lugares de Buenos Aires

Debido a su ojo periodístico descubre personajes insólitos de la sociedad porteña: los chicos que nacieron viejos, el hombre de la camiseta calada, el hombre que necesita ladrillos, el “furbo”, la muchacha del atado, el siniestro mirón, el hombre que “se tira a muerto”, el hombre corcho, el que siempre da la razón, el hermanito coimero, el enfermo profesional, entre otros.
Oferta Teatro -70% Ofertas sin igual en Baires ¡-70% en los mejores sitios! www.GROUPON.com.ar/_Teatro
Entradas Espectáculos Entradas Para Los Mejores Eventos Hasta Un 70% Descuento. ¡Anotate! LetsBonus.com/Espectaculos
De estos personajes logra extraer teorías que aún hoy siguen teniendo validez. Estas figuras son parte de la vida y son fácilmente identificables de acuerdo a las descripciones que realiza el autor.
Por ejemplo, dice: “Hay un tipo de hombre que no tiene color definido, siempre le da a usted la razón, siempre sonríe, siempre está dispuesto a condolerse con su dolor y a sonreír con su alegría, y ni por broma contradice a nadie, ni tampoco habla mal de sus prójimos, y todos son buenos para él, y, aunque se le diga en la propia cara: `¡Usted es un hipócrita!’ es imposible hacerle abandonar su estudiada posición de ecuanimidad.” ¿Quién no se ha cruzado con un personaje de este tipo en Buenos Aires?
En los relatos, aparecen nombrados y descriptos varios lugares de la ciudad: el jardín botánico, la avenida Corrientes, el barrio de Flores, el Parque Rivadavia, entre otros.

Estilo

Arlt poseía una visión crítica de la realidad. En sus palabras, no se limitaba a tener una vida contemplativa sino que hacía críticas (a veces explícitas, otras disfrazadas bajo una irónica formalidad) y observaciones sobre todo aquello que lo rodeaba.
“Para amenizar este espectáculo y darle la importancia lírico-sinfónica que necesitaba, acompañaban los interlocutores su discusión de esas palabras que, con mesura, llamamos gruesas, y que forman parte del lenguaje de los cocheros y los motormans irritados”, dice en una de sus aguafuertes.
Su forma de escribir, tan natural, hace que la lectura sea muy fluida, provocando que el lector pase páginas y páginas, aguafuerte tras aguafuerte sin percatarse de que lo está haciendo. Esto se puede adjudicar a su capacidad para atrapar y obligar a seguir leyendo sus irreverentes y acertadas descripciones de la sociedad porteña y sus personajes.

 

Lenguaje coloquial versus lenguaje culto

Arlt utiliza un lenguaje coloquial (salvo excepciones en las que su prosa se convierte en pomposa con el objetivo de ser irónica y crítica) que ayuda a la antes mencionada fluidez de sus textos.
El autor practica una defensa a ultranza de la utilización del lenguaje coloquial y corriente. En su aguafuerte “El idioma de los argentinos” hace una fuerte crítica a los que reprueban el lenguaje coloquial que hablan los argentinos, el “lunfardo”.
Su observación hacia los críticos del idioma argentino es ésta: “Yo me jugaría la cabeza que usted, en su vida cotidiana, no dice: `llevó a su boca un emparedado de jamón´, sino que, como todos diría: `se comió un sandwich´. Demás está decir que todos sabemos que un sandwich se come con la boca, a menos que el autor de la frase haya descubierto que también se come con las orejas". Arlt y sus aguafuertes son un testimonio, que no ha envejecido ni lo hará, de la idiosincrasia porteña.


Leer más en Suite101: "Aguafuertes porteñas", de Roberto Arlt: Retrato de los típicos personajes y lugares de Buenos Aires | Suite101.net http://mariana-anokian.suite101.net/aguafuertes-portenas-de-roberto-arlt-a8543#ixzz1pC4etFv9

No hay comentarios:

Publicar un comentario